
Aquellos que necesitan alimentos sin tacc (sin trigo, avena, centeno y cebada) deben afrontar aumentos de entre el 20 y el 35% en lo que va del año. Aconsejan adquirir harina y preparar la comida en casa y estar atento a las promociones.
“¡Salí a comprar!”, dice Gladys mientras acompaña la frase con un emoticón desalentador. Los precios de los alimentos libres de gluten van en subida, al igual que el resto de los productos que se encuentran en los supermercados. Desde siempre, los alimentos sin tacc se caracterizaron por tener un costo más elevado, sin embargo ahora pareciera no haber control en los incrementos que se observan en la góndola.
El aumento, en comparación a principio de año, oscila entre un 20 y 35 por ciento.
Las pastas y los panificados están en la cima de los alimentos más costosos.

Ante esta situación, las personas que siguen la alimentación sin tacc se las rebuscan para gastar lo menos posible. Estar atento a las promociones y elaborar la comida en casa, son algunas de las estrategias a las que recurren. Quienes siguen la última opción, deben temer en cuenta la dificultad que se presenta al manipular las harinas.
“Cuando puedo compro harina”, explica Gladys. Hace 14 años le diagnosticaron celiaquía grado II. El médico le recomendó seguir la alimentación libre de gluten hasta tanto tener los resultados definitivos.
Desde ese momento, consume ese tipo de productos. La diversidad en las góndolas fue variando a lo largo del tiempo. En relación a esto, explicó que ahora la oferta es más amplia ya que en este último tiempo, las marcas de primera línea incorporaron alimentos libres de gluten.
En el día a día, Gladys se las ingenia para encontrar precios bajos, tanto en los supermercados como en las dietéticas. En estos lugares varía la oferta de productos aptos para celíacos, al igual que los costos de cada uno de ellos.
“Hay que revisar y examinar porque a veces en las dietéticas en algunas cosas tienen precios menores y en otros muy superiores. En estos lugares podes encontrar chocolates, galletitas, o papas fritas que por ahí en los supermercados no hay”, explicó.
Los precios de los alimentos básicos, como los fideos secos y harinas, aumentaron más de un 25 por ciento en comparación a enero de este año.
Las pizzas listas para hornear que se consiguen en las cadenas de los supermercados cuestan arriba de los 200 pesos. Un paquete de fideos de 300 gramos, que alcanza para dos porciones, actualmente supera los 100 pesos. La premezcla de 1 kilo que es utilizada para elaborar panificados vale 113 y 125 pesos, dependiendo la marca. Esta cantidad rinde para dos panes de 180 gramos, aproximadamente.
La diferencia de precios entre los panificados comunes y los libres de gluten es muy amplia. El kilo de pan con harina de trigo vale alrededor de 40 pesos, en cambio el pan sin tacc elaborado en panadería cuesta 200 pesos. Por esto mismo, muchos optan por realizar este producto en su propia casa. La docena de facturas tienen una diferencia superior a 100 pesos entre las comunes y las libres de gluten.
“En general, para sobrellevar la economía uno busca bastante, trata de recordar los precios que son muy variables de un momento a otro. Te llevas sorpresas porque a veces, el costo de la harina aumenta de una semana a la otra. La estrategia es, invertir en harina si tenés cierto resto de dinero porque no sabes cómo va a ser el próximo mes”, remarcó Gladys.
Y lo peor.
No hay muchas razones para que haya semejante diferencia de precio con los productos no libres de TACC.